El paciente en tratamiento oncológico es poseedor de un olor de amor / olor envuelto de gratitud / olor a sol en ternura
Autora: Laís Vieira
Lima - Enfermera Oncológica
El olor, ese olor de amor envuelto de
gratitud, es un perfume de luz, iluminando corazones, nos envuelve en un
espacio de afecto.
El olor que impregna
a este ser humano es de gran esencia, porque tú llega cerca y se invade de
brillo, ese brillo que desborda solamente en el acto de él respirar e invitar
al nuevo aire a entrar, oh! ¡olor de paz!
Aunque el paciente en
tratamiento oncológico esté experimentando dilemas en esa fase procesal, él
consigue emanar perfume de gratitud con olor de amor, incluso cuando el dolor
se intensifica.
El olor que adentra
nuestro pensar, invita a la felicidad para hacer morada en esa ciudad del alma
que reluce sin cesar, pues aunque los rincones del alma lagrime por síntomas
operantes y sentimientos inversos constantes, el olor de amor permanece
actuante floreciendo ternura en cura para los días más difíciles.
Este olor dulce que
forma parte de cada ser humano se encuentra en cada rincón del jardín del
corazón, a cada mirada cambiada, dedos entrelazados, ese olor es emanado, tan
encantado floreciendo paz para todos los lados, incluso cuando los momentos son
enfados.
Agradecimiento!.
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